El Día del Amigo se trata de un festejo que tuvo su origen en nuestro país a partir de una iniciativa civil que tomó la fecha de otra importante efeméride que se recuerda el 20 de julio: el alunizaje del Apolo XI.
El odontólogo Enrique Febbraro, vecino de Lomas de Zamora formado como profesor de psicología, filosofía e historia, se hallaba en su casa del conurbano cuando observó en la televisión a Neil Armstrong y Buzz Aldrin caminar en el satélite natural de la Tierra.
“Un pequeño paso para el hombre y un gran salto para la humanidad”, fue la memorable sentencia del primero de los astronautas al bajarse del módulo espacial y recorrer la superficie lunar.
El argentino se sintió profundamente conmovido por el suceso y, en esa misma noche, comenzó a escribir una carta en la que postuló que la llegada del Apolo XI a la Luna se sintió como “un gesto de amistad de la humanidad hacia el universo”.
Uno de los lemas más recordados de la misiva en la que le pidió al mundo que la fecha se transformara en el Día del Amigo fue “un pueblo de amigos es una nación imbatible”.