La entrevista de Guayaquil nombra al encuentro cimero entre los libertadores de América, Simón Bolívar y José de San Martín en la Ciudad de Guayaquil, el 26 de julio de 1822.
Sus fines concretos eran: discutir la soberanía sobre la provincia de Guayas (integraba hasta esa fecha el Virreinato del Perú), la liberación del Perú y, en forma general, la consolidación de América del Sur liberada.
Pocos días después llegó San Martín con sus edecanes y escolta, al mando de Pedro Nolasco Fonseca, y sostuvo una reunión con Bolívar, a solas y sin testigos, donde trataron principalmente tres cuestiones: el destino de la Provincia de Guayaquil, la reparación de la ayuda que el Perú había brindado anteriormente para la liberación de aquella provincia, y el final de la campaña contra los realistas, cuya definitiva etapa debía librarse en el recientemente Independiente Perú, ya que en zonas de la sierra peruana se encontraban los últimos reductos de los ejércitos realistas instalados en Sudamérica.
La noche del 27 de julio de 1822, Bolívar agasajó a San Martín con un banquete. A mitad del mismo, y bajo un estricto secreto de todo lo conversado, tal cual lo convenido, San Martín se retiró hacia el muelle, y se embarcó hacia el Perú, dejando en manos de Bolívar parte de su ejército.
La anexión obligada de La Provincia Libre de Guayaquil a la Gran Colombia, provocó el auto exilio de José Joaquín de Olmedo, quien en una conmovedora misiva le hizo conocer a Bolívar su desacuerdo con las medidas adoptadas con su pueblo. El 31 de julio de 1822, la ciudad de Santiago de Guayaquil declaró su anexión a la Gran Colombia y con ella también el resto de la nación guayaquileña.
Al llegar San Martín a Perú se retiró a todos de campo. Acompañado por una pequeña escolta y un ayudante, esa misma noche, montado a caballo, se dirigió a Ancón, al norte de Lima. Era el 20 de septiembre de 1822, el mismo día de la instalación del Primer Congreso Constituyente de la República del Perú. En la madrugada del día 22 de septiembre, en el bergantín “Belgrano”, se embarcó rumbo a Valparaíso.
El Protectorado de San Martín fue sucedido por una Junta de Gobierno, integrada por el general José de La Mar, el comerciante Felipe Antonio Alvarado y el conde Manuel Salazar y Baquíjano. El Primer Congreso Constituyente promulgó el 12 de noviembre de 1822, la Primera Constitución Política de la República, de clara tendencia liberal. Fue una constitución efímera; ahora que San Martín había desaparecido de la escena, Bolivar sí accedió a dirigir sus fuerzas en ayuda del Perú. Así, a la llegada de Simón Bolívar, el propio Congreso Constituyente, tuvo que suspender sus efectos para poder dar plenos poderes dictatoriales a Bolívar.