Habitantes del sur de Perú viajaban en las últimas horas a la capital, Lima, para reanudar las protestas que desde principios de diciembre exigen la renuncia de la presidenta Dina Boluarte.
La movilización se da en medio de una crisis social y política en el convulsionado país en el que la represión causó la muerte de 48 civiles y un policía.
Habitantes de la localidad puneña de Juli, unos 1.400 kilómetros al sureste de Lima, despidieron con vítores y aplausos a un grupo de unas 140 personas que partieron a la capital a bordo de dos ómnibus cargando mochilas y frazadas y ondeando banderas peruanas.
Se trata de nuevas protestas a desarrollarse en los próximos días luego de las numerosas caravanas que invadieron la capital a mediados de enero, a un mes y días de la destitución de Castillo.
La fiscalía peruana investiga posibles excesos en la represión de las protestas.