El 8 de octubre se celebra el Día Nacional del Patrimonio Natural y Cultural Argentino. La iniciativa surgió en 1990, cuando el Poder Ejecutivo Nacional (mediante el Decreto N° 2.033), y con el objetivo de impulsar la reflexión y el interés de la sociedad en su preservación, declaró la efemérides.
En primer lugar, se debe analizar el grado de significación que tienen en valores históricos, sociales y testimoniales, artísticos, arquitectónicos o de significación urbana o ambiental.
En cuanto al patrimonio cultural, no solo son considerados bienes materiales como edificios, documentos, obras de arte, elementos o estructuras de carácter arqueológico, inscripciones, cavernas, sino que cada vez más se orienta el trabajo hacia la conservación del patrimonio inmaterial.
Esto es: tradiciones, historias, relatos de transmisión oral, recetas y conocimientos ancestrales transmitidos de generación en generación.
El patrimonio natural, por su parte, comprende aquellos monumentos naturales integrados por formaciones que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista estético o científico, como son las formaciones geológicas y las zonas que constituyan el hábitat de especies, animal y vegetal, amenazadas, es decir, aquellas que sean relevantes para las ciencia, la conservación o la belleza natural.
Las políticas de Estado han avanzado en forma significativa en este aspecto. De todos modos, sigue siendo necesaria la difusión e implementación de recursos que impulsen el trabajo colectivo en pos de la preservación del acervo cultural y natural, protegiendo así las artes, los oficios, las tradiciones y espacios naturales que conforman nuestro patrimonio.