Santa Rosa de Lima (Lima, Virreinato del Perú, 20 de abril de 1586–Ib., 24 de agosto de 1617), de nombre secular Isabel Flores de Oliva, fue una mística cristiana terciaria dominica canonizada por el papa Clemente X en 1671.
Entre los santos nacidos en América (antiguamente Indias Occidentales), Santa Rosa de Lima fue la primera en recibir el reconocimiento canónico de la Iglesia católica.
Fue proclamada excelsa patrona de Lima, del Perú (en 1669), del Nuevo Mundo y las Filipinas (en 1670). Además, es patrona de institutos educativos, policiales y armados: de Venezuela, Policía Nacional de la República del Perú, Policía Nacional del Paraguay y las Fuerzas Armadas argentinas.
En virtud de la enfermedad que le produjo la muerte, es santa patrona de los tuberculosos.
Se inscribió la fiesta de Santa Rosa de Lima en el calendario general romano en el año 1727, indicando como fecha de la celebración el día 30 de agosto, entonces el día más cercano del aniversario de la muerte de la santa (24 de agosto) no ocupado por la celebración de otro santo. La revisión general del calendario romano general decretada en el año 1969 liberó el 23 de agosto, día anterior al aniversario de su muerte.15 Para los países hispanoamericanos de los que es patrona, como en el Perú,16 se sigue conservando el 30 de agosto.
En la República del Perú el 30 de agosto es un día feriado y su imagen (descubierta el día de la canonización en 1671, en la Catedral) recorre las calles de Lima. En el mes de agosto se rinde culto solemne a la santa en el distrito de Barranco que culmina con el recorrido procesional del día 30 de agosto.
Santa Rosa de Lima también aparece en los billetes de doscientos soles, el de mayor valor en circulación en la República del Perú.
A pocos días de su muerte, se reunieron numerosos testimonios sobre su vida y virtudes. En 1634 se presentó a Roma la causa de beatificación.
La beatificación se realizó en el Convento Dominico de Santa Sabina en Roma, en 1668. Fue canonizada por Clemente X el 12 de abril de 1671, proclamándola por «Principal Patrona del Nuevo Mundo».; en Lima, Roma, España y todos los países de América y Europa, se celebraron fiestas suntuosas en honor de la primera santa natural de América.
Los pontífices en sus respectivas bulas la proclamaron santa con el nombre de «Rosa de Santa María», y que posteriormente hubo de convertirse en Rosa de Lima, nombre toponímico común a muchos santos en el orbe cristiano.Venerada imagen de Santa Rosa de Lima en la Ciudad Arzobispal de Puebla de los ÁngelesTemplo de Santa Rosa de Lima en Puebla
La tradición cuenta que el papa Clemente X, luego de oír los argumentos sobre su canonización dijo: «¡Hum! ¡Patrona y Santa! ¿Y Rosa? que llueva flores sobre mi escritorio si es verdad», y la respuesta al instante fue una fragante lluvia de rosas sobre la mesa del papa quien en ese momento procedió a la canonización.