Como cada 5 de septiembre, se festeja el “Día Mundial del Scouts”.
La idea comienza en Mafeking, en África del Sur, durante la Guerra de los Bóer (1899-1902), donde Baden-Powell (comandante de una división de caballería) defendió su pueblo de los Boers holandeses.
Baden-Powell entrenó a los jóvenes, realizando labores como centinelas, rastreadores, ordenanzas y mensajeros en forma impecable, ayudando en la increíble defensa del pueblo durante varios meses.
Fue durante esta ardua campaña sudafricana, que en donde el General de la caballería tuvo ocasión de mostrar los óptimos resultados que se pueden obtener cuando al dirigirse a los jóvenes se apela a su instintiva generosidad y se demuestra tener absoluta fé en ellos, especialmente en su lealtad.
El núcleo de jóvenes que participaban de aquel campo constituyó el “grupo inicial de la organización”, que integraron, en poco tiempo, varios millones de jóvenes dispersos por todo el mundo.
En homenaje a su creador y a su sentido “solidario y social”, que ha pasado de generación en generación, surge el festejo por el “día mundial del Scout”.
El Movimiento Scout tiene por finalidad contribuir al desarrollo de los más chicos, ayudándolos a desarrollar plenamente sus posibilidades físicas, intelectuales, sociales y espirituales.